Los cómics de El pato Donal, El tío rico Mcpato y Goofy son indirectas o como decían los autores " mensajes poco inocentes" que trataban de ideologías capitalista y colonialistas dando un gran auge de consumo de la hegemonía cultural estadounidenses vista y obligada a verse, imponían de manera muy sutil.
Dando que reforzaba los ideales capitalistas, haciendo evidenciar como la cultura de las masas como estados unidos podían lograr como una consolidación de poder global, como lo demuestra en el cómic de Mcpato, el personaje Tío rico nos da una impresión y una idea aprendida de que la riqueza debe de ser algo muy natural y sumamente deseable lo que nos queda por decir que a diferencia de El pato Donald que no conseguía nada, simbolizaba la frustración de un trabajador que nunca logra mejorar su condición
1. Tío, cómprame un profiláctico
Aquí nos habla con mucha profundidad acerca de la ausencia de la familia al eliminar la figura parental, los cómics de Disney evitan la representación de la transmisión de valores familiares o herencias, elementos que podrían desafiar el orden social establecido. En este mundo, los personajes viven en una especie de presente eterno sin pasado ni futuro, lo que impide la continuidad de la memoria colectiva o el desarrollo de lazos generacionales sólidos. Para Dorfman y Mattelart, este modelo fomenta una visión del mundo donde los individuos están aislados, sin raíces ni apoyo, lo que los convierte en sujetos más dóciles para el sistema capitalista, que premia la autosuficiencia y el consumo en lugar de la solidaridad comunitaria.
Otro aspecto es la infantilización de los personajes adultos. Donald, a pesar de ser un adulto, es presentado como inmaduro, irritable y fracasado, lo que refuerza la idea de que nunca podrá salir de su situación económica precaria. En contraste, Tío Rico McPato representa el éxito dentro del sistema capitalista, acumulando riquezas sin una justificación clara de su origen. Esta dinámica, según los autores, transmite la idea de que el trabajador común está destinado a la frustración eterna, mientras que el gran capitalista es el único que puede prosperar.
2. Del niño al buen salvaje
Nos trata de hablar como los medios de comunicación han reproducido discursos coloniales y racistas, incluso en productos aparentemente inofensivos como los cómics infantiles. La observación de que tanto los niños como los pueblos no occidentales son representados de manera similar es un punto interesante, ya que pone en evidencia cómo estas historietas refuerzan la idea de que algunos grupos son inherentemente inferiores o dependientes. Asumen que los lectores consumen estos relatos de manera pasiva, sin cuestionar los estereotipos que presentan. Además, el análisis ignora el contexto histórico en el que estos cómics fueron creados, omitiendo la posibilidad de que estos relatos reflejen más los valores de su tiempo que una intención deliberada de imponer un modelo ideológico.
3. Al buen salvaje al subordinado
Más que todo nos trata de explicar el proceso de subordinación refuerza como una visión neocolonialista en la que las culturas no occidentales son aceptables siempre y cuando asuman su papel dentro de la jerarquía global impuesta por el capitalismo. Esto se manifiesta en la forma en que los habitantes de tierras lejanas terminan adoptando las normas, valores y costumbres de los personajes blancos sin cuestionarlas. Los personajes pasan de ser comunidades autosuficientes a convertirse en "trabajadores" o sirvientes, contribuyendo así a la acumulación de riqueza del protagonista de turno, generalmente Tío Rico McPato o Donald.
Sostienen que, a través de la representación de estos personajes como sumisos y felices en su rol subordinado, los cómics naturalizan la idea de que algunas sociedades están destinadas a servir a otras más "desarrolladas". En otras palabras, se refuerza una visión imperialista en la que la dominación económica y cultural se presenta no como un acto de violencia, sino como un orden natural y benéfico.
4. El gran paracaídas
Aborda la forma en que los protagonistas blancos y occidentales, aparecen en territorios extranjeros y, sin esfuerzo ni conocimiento previo, se imponen como líderes, conquistadores o benefactores al parecido en el comic cuando Donald o Tío Rico llegan a estas tierras, siempre encuentran una sociedad en caos o carente de dirección, lo que justifica su papel como líderes, reforzando la idea de que los pueblos no occidentales necesitan ser guiados por figuras extranjeras, consolidando un discurso de dependencia y subordinación quedando las poblaciones locales como incapaces de autogestionarse o resolver sus propios problemas. Además ,estos personajes blancos no solo se imponen sobre los habitantes locales, sino que además extraen recursos o riquezas de estas tierras sin enfrentar consecuencias, lo que refleja una justificación simbólica del saqueo colonial.
5. La maquina de las ideas
Refuerza la idea de que la desigualdad es algo natural e inevitable, desalentando cualquier pensamiento crítico sobre la estructura social. Además, los autores señalan que estos cómics eliminan cualquier noción de lucha de clases o conflicto estructural, reduciendo los problemas económicos y sociales a cuestiones de esfuerzo individual o suerte. También simplifican la realidad y la convierten en un espectáculo donde todo se resuelve de manera superficial. La manera en que las historietas transforman problemas complejos como la explotación laboral, el colonialismo o la acumulación de riqueza en situaciones cómicas o inofensivas. Al hacerlo, estos relatos desactivan cualquier posibilidad de reflexión profunda y refuerzan una visión del mundo donde el orden existente no puede ni debe ser alterado.
6. El tiempo de las estatuas muertas
Este "tiempo de las estatuas muertas" da un concepto del pasado como algo estático e inmutable, que no tiene relevancia para los problemas contemporáneos ni para la posibilidad de un futuro diferente. Nos da la idea de que el mundo es como debe ser, y que las estructuras de poder que dominan la sociedad son naturales, inevitables y no deben ser cuestionadas. Donde los personajes permanecen atrapados en una repetición constante de situaciones que no ofrecen ningún tipo de cambio o progreso.
En conclusión podríamos decir que la mirada a la realidad en base de este libro es está fuertemente mediada por las ideologías dominantes que buscan mantener el orden establecido. En este sentido, los cómics de Disney no son solo historias inocentes o entretenidas, sino herramientas que inculcan, de manera subliminal, ciertos valores que refuerzan el sistema de poder.
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